Eva Millet, prestigiosa periodista y escritora especializada en educación, estuvo el pasado jueves en Dénia para hablar sobre qué es la hiperpaternidad y los peligros que conlleva esta nueva cultura de crianza, relacionada con padres sobreprotectores e hiperhijos sin tiempo para jugar ni aburrirse ante el exceso de actividades extraescolares al que deben hacer frente. La charla, organizada por el colegio Paidos, se celebró en el Centro Social, con entrada gratuita para todos los asistentes.
‘Hiperpadres’ que quieren ‘superniños’
‘Hemos pasado de tener hijos mueble, a los que hacíamos poco caso, a tener hijos altar, a quienes veneramos». Así lo afirmó Eva Millet en su conferencia, haciéndose eco de último libro Hiperpaternidad. Millet habló a los asistentes de una nueva generación de padres sobreprotectores de unos hijos que se han convertido en el centro de las familias del siglo XXI. Millet sostiene que en este nuevo modelo de crianza «se importan las herramientas del trabajo, no se aceptan críticas y, además, existe una competencia brutal entre los padres, ya que los niños son signo de estatus”. Un nuevo sistema de crianza que “crea jóvenes ansiosos, impacientes, dependientes, con miedos y baja tolerancia a la frustración, lo que se refleja en su aprendizaje y rendimiento académico”.
Eva Millet igualmente se refirió a las características de los hiperpadres, que se distinguen básicamente por prestar una «excesiva atención a los niños y practicar una perpetua supervisión» de todo lo que efectúan. Señala que los padres, «al resolver sistemáticamente los problemas a sus hijos, provocan que sean menos autónomos». Además, «los justifican continuamente y estimulan de forma precoz para convertirlos en superniños», lo que les resta tiempo para jugar. En este punto, Millet aboga por niños «que como máximo tengan tres tardes ocupadas, lo que ya es mucho». Respecto a la relación entre los padres y la escuela, la periodista especializada en educación considera positivo que los padres se impliquen en la escuela, «pero cada uno tiene que saber cuáles son sus límites».